martes, octubre 10, 2006

Pasajes.

(Sobre Moral y Justicia: un hombre que piensa en lo que hay fuera de si, en un mundo en que nadie piensa si no en si mismo, que miden al mundo por el placer que les provoca. Totalmente descontextualizados de Elric de Melniboné, de Michael Moorcock, cuyo préstamo agradezco a SD)

(Dyvim Tvar a si mismo): "Y Dyvim Tvar volvió a desechar sus pensamientos, después de todo, ¿qué utilidad tenían las preguntas? El mundo era como era. Un hombre era un hombre."



(Yyrkoon a Cymoril): "¿Loco? ¡Vamos, hermana!. ¿Ésa es la palabra que utilizaría un melnibonés? Nosotros, los melniboneses, no consideramos a nadie loco o cuerdo. Un hombre es como es, y hace lo que hace. Nada más."


"Y ahora ya no hay modo de retroceder. El destino de Elric ha quedado forjado y sellado, igual que fueron forjadas, eones antes, las espadas mágicas. ¿Ha existido, en algún instante de su vida, un punto en el que hubiese podido desviarse de este sendero que conduce a la desesperación, la condenación y la destrucción? ¿O ya estaba predestinado a ellas desde antes de nacer? ¿Estaba acaso condenado, a través de mil encarnaciones, a no conocer otra cosa que la tristeza y la lucha, la soledad y el remordimiento, siendo eternamente el campeón de alguna causa desconocida?."



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