domingo, agosto 20, 2006

El Ser del Hombre Medieval.


Advertencia: no soy historiador, no manejo muchos datos, todo esto son suposiciones mías, pero tengo una fe razonable de que no me aparto mucho de la realidad.


La Edad Media es aquel período histórico comprendido entre la caída del Imperio Romano de Occidente (476 dc??) y el Renacimiento. Tradicionalmente, y hasta hace tiempo, se la dividía en dos subperíodos, Alta y Baja Edad Media, y se la veía como un momento oscuro para la humanidad, cuyos gloriosos intelectos del siglo XVIII y XIX consideraban un momento vergonzoso en nuestra historia. Resulta que no es ni un momento, ni mucho menos vergonzoso, pues hoy se derriba el mito de que fue una época oscura, y al contrario, se llevaron a cabo en ella grandiosas obras materiales e intelectuales. Asimimo, sus límites temporales son poco claros.
Se puede teorizar mucho, y aportar tantísimos (sí, bien mexicanote la cuestión) datos y disquisiones. Sin embargo, delineo puntos que considero importantes (no todos los puntos que considero importantes): el poder se atomiza, las comunicaciones se entorpecen, la vida ciudadana decae o poblaniza, la mayoría se dedica a la tierra, el cristianismo se encuentra entremezclado fuertemente con el viejo paganismo (por ejemplo: llueve porque Dios nos quiere porque nos hemos portado bien).

Y e ahí el Hombre Medieval.

Lo hay de dos tipos: Noble o InNoble.

Saludemos al Noble.
Puede ser un señor, o su mujer, el hermano del señor (que seguro será obispo o abad de un convento rico), hijo de señor o hijo de obispo, o el portero, el tesorero, el que barre, su jefe de armas, su amigo de la infancia, el hijo del hijo del hijo del germano que lo cargaba en su escudo, o el hijo del hijo del hijo etc de aquellos primeros cuarenta asaltantes de caminos que decidieron establecerse en la colina sobre un pueblo con mujeres ricas (ricas porque sus padres, muertos en la ocasión, habían amasado un gran fortuna en vacas, cabras, un par de chanchos, un campo de trigo y algunas gallinas que oigo cacarear, y ricas porque eran rusiesitas de ojitos de color, si flacas o gordas no tengo idea, pero seguro flaquitas).
Este señor y su parentela amigos y conocidos vive actualmente en un galpón de muros de adobe o madera, cubierto de paja, con piso de tierra apisonada, o con suerte, los restos de una villa del tiempo de los romanos. Está pensando en subir los impuestos y condenar a trabajos forzados a algunos campesinos y canteros para ver si le pueden construir un ala nueva de piedra canteada, en donde no se junten tantos bichos, no se impregne del alguitrán de la cocina, y que no se pase el agua de las lluvias. No duerme en cama, sino que se acuesta encima de cueros, pieles, y paja, junto con todos los de su séquito, bien apretados, que la noche es fría, y no hay mucha leña, porque los cabreros del monte no la venden barata. Claro que a medida que pasan los años todo esto dará sus frutos, y sus descendientes se pasearán por Versalles o Windsor, o por el hacha del verdugo.
Este hombre bien podría ser traído a nuestro tiempo, porque salvo el lugar donde vive, todo lo demás es lo mismo: es ambicioso, le gusta estar a la moda, el deporte aventura, trabajar lo menos posible, se siente con derecho a todas las mujeres de la zona, trae hijos al mundo y no se hace úlceras ya que a muchos ni siquiera los conocerá, no se avergüenza de sus habituales y escandalosas borracheras, no consume drogas porque no las hay en abundancia (además que tiene suficiente con los inciensos de la iglesia, los meados de su casucha, y la bosta de los caballos), va a misa para que lo vean, no es muy letrado en nada, no es capaz de amarrarse los zapatos, y es un nadie sin sus amigos.
Este hombre no me interesa, y no es un auténtico medieval, pues su existencia trasciende toda época, y no se puede decir que esté extinto o en vías de. Al contrario, el renacimiento y su burguesía, y los liberalismos posteriores hasta nuestros días, lo único que han hecho es promoverlo, permitiendo y alentando a todos a ser señores como aquél descendiente de brutos asaltantes de caminos.

Saludemos ahora al InNoble.

Tiene un origen incierto: sus ancestros pueden haber sido un antiguo celta, un romano perdido, un alto funcionario caído en desgracia, un vikingo cojo, un rebelde, un antisistémico, un neardenthal desubicado, un moro que perdió el camino en la huída de Poitiers, un homosexual incomprendido y rehabilitado, o una persona común y corriente de las que viven al día pero que no se atreven a cambiar su historia, o que ni siquiera se dan cuenta de esta posibilidad.
Este hombre desarrolla múltiples oficios, pero lo mayoría son campesinos. Viven cada uno en su casa con su familia. Casi siempre viven apartados unos de otros, moteando los campos aquí y allá. A veces se agrupan en torno a algun punto relevante nadiesabeporqué y forman un pequeño poblado compuesto de media calle y cuatro casas. Ahi uno puede encontrar herrero, curandera, matrona, bruja, carpintero, calculista, tal vez cura, y uno que otro que se las dan de importantes pero nadie sabe de qué viven. y por supuesto, mucha chicha y cerveza.
Este hombre se descresta trabajando, lo ayudan sus hijos mayores de 7 años. Se levanta muy temprano, cuando despunta el sol. No se baña mucho. Se acuesta temprano también. No tiene reloj, ni lleva la cuenta de los días. Además, el Papa en Roma le cambia el calendario año por medio.
Es muy amante de su mujer. La conoce desde que era muy niña. Se llevan unos 15 años de diferencia por lo menos, aunque tiene hijos bastardos con anterioridad. Le preocupa muchísimo no tener más de 10 o 12 hijos. De lo contrario, el presupuesto familiar puede dispararse, y la comida escasear. Y si eso llegase a ocurrir, preciso sería ir al bosque a cortar leña y abandonar uno o dos o tres a los lobos, rogando a Dios que su muerte sea rápida o que un alma misericordiosa los ampare. Si hay suerte, el hijo número 13 nacerá con algún defecto: en este caso, ha sido una bendición, pues el Noble señor que vive a tres o cuatro días por el camino en dirección a la colina se sabe que paga muy bien un nuevo bufón.
La comida nunca es abundante, salvo tal vez para una u otra fiesta. El resto del año no se come carne salvo tal vez un pollito o una gallina vieja. A veces perro, gato, o sopa de gallo. Cazar no es posible, pues las áreas de caza son privados de uso exclusivo del Noble señor o se su hermano el arzobispo). Lo normal es sopa de repollo, gachas (una especie de sopa de engrudo de harina: de ahí derivan los alemanes sus "spetzlis" o como se llamen), pan negro, algo de miel para endulzar la vida, manteca de cerdo, huevos, quesos, un par de frutas como peras y manzanas, y sería todo. No se si comían culebra, pejerrey, ancas de rana, o mote con huesillos, pero igual no es gran aporte vitamínico aunque si de omega3.
Para beber: agua de la vertiente, leche de la vaca, cerveza, y...cerveza.
La cerveza se bebe casi a diario, a medio día, a media tarde, cayendo la noche...no hay que esperar el finde. Para ello uno invita a los amigos a su casa, abre un barril, alguien saca un instrumento de cuerdas, una flauta un tambor, su par de jarras al gaznate y a zapatear mi alma. Ebrio a las 10 de la noche, uno se va a dormir.
Si uno no tiene casa, porque el dueño de casa es su papá, uno va a la casa de alguien más, o al pueblo. Ahí, alguien se especializó en cerveza y la vende a buen precio. No hay mucho circulante, pero qué va, destinar parte de la cosecha de cebada al pago de la deuda no está mal. Ahí en la taberna, no hay bohemia mongólica: se bebe por beber, se bebe por disfrutar de la cerveza. Con suerte van las señoritas lindas del entorno, que también beben. Y uno baila. Y uno se trompea. Combos más combos menos, ganar o perder es siempre positivo: unas se fijan en el ganador, otras se apiadan y enternecen con el jovencito de la película que quedó con ojo en tinta.
Simples y directos. Todos se conocen, todos saben quién es quién. No hay espacio ni oportunidad para engaños. Todos sufren la hambruna cada tres años, todos disfrutan la abundancia cada diez. Todos soportan al Noble señor y sus secuaces cada vez que estos se acuerdan que necesitan recursos, y por tanto de trabajar, esto es, esquilmar a los campesinos que viven a tres o cuatro días pasando una colina. (Los historiadores hablan mucho de los siervos de la gleba y un montón de otras leseras: la historia la mandaron escribir los Nobles señores, y cuando les leyeron sus propias atrosidades, pidieron se las adornaran y las disfrazasen de legitimidad. La verdad es que todo se basa en que el Derecho es Fuerza: tu cosecha me la das o te la quito, en todo caso me la debes porque yo te protejo de unos hombres malos que no solo te quitarían tu cosecha , sino tambien tu vida, así que elije. Los repollos puedes quedártelos todos porque alteran mi régimen intestinal y la señora de queja de mi pestilencia).

continuará....

y ya le pondré dibujitos.

3 Comments:

At 6:46 p. m., Anonymous Anónimo said...

"Es muy amante de su mujer. La conoce desde que era muy niña."
Lindo. Ojalá sea cierto.
Salvo un par de faltas de ortografía, está bueno esto. Debieras seguir.
M.

 
At 7:32 p. m., Blogger JGuarello said...

Las faltas de ortografía no son ignorancia, es el dedo de mi mano que uso para escribir que a veces no coordina bien, o mi mente que va más rápido, y luego no reviso bien.
Trataré de mejorar eso.
Muchas gracias. Claro que sigo, me es necesario.

 
At 7:41 p. m., Anonymous Anónimo said...

Dedos grandes, para la madera y los lápices, pero no para estas cosas modernas. Adorable.
M.

 

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