jueves, septiembre 09, 2010

Cartas desde el silencio.

He caminado en las sombras hace meses, tal vez años.

El Sol jamás ha asomado en mis pasos ni lo ha intentado, pero de vez en cuando, con regularidad, algún satélite cruza la anchura del cielo sin estrellas. He contado seiscientas treinta y dos mil pasadas, y entonces ya me cansé o tal vez vez me confundí. El suelo no ha sido plano, o si, no lo se, ha estado casi siempre cubierto de niebla, y poco más abajo de mis rodillas se pierden mis piernas.
No he perdido la vista, pero en la penumbra solo existen bultos, formas que se quedan quietas cuando intentas develarlas, y que desaparecen si intentas alcanzarlas.

Lo mejor es seguir en línea recta, y no apartarse soñando con encontrar a alguien detras de uno de esos bultos.
Al principio avanzaba tanteando, con un brazo buscando adelante, y un paso titubeante, miedoso de precipicios y profundidades, pero se hacía demoroso, y no hayar mas que suelo firme bajo las suelas, pronto me llenó de confianza y descuido. Entonces decidí correr.

Correr es un error. No lo recomiendo en caso alguno. Además nadie te persigue ahí. Te decía que me puse a correr y fue un error: cuando no ves tus propios pies pierdes conciencia de ellos, y en consecuencias por algun motivo los levantas mas de la cuenta, y corriendo eso es fatal pues se enredan y caes estrepitosamente.
Yo caí varias veces y seguro me quebré varios huesos, pues el dolor era intensísimo y la inflamación palpitante y cálida consiguiente son inconfundibles.

 Otro riesgo son los precipicios, los pantanos y las rocas. Existen, puedo decirlo, pero aparecen cada vez que los olvidas. Entonces caes. Es posible que muchos hayan muerto por esa causa, pero no lo se, pues a nadie he encontrado, ni vivo ni muerto. Y en todo caso no te lo diría.

Debes entender que ahí se está solo.

Es la soledad tu única fuente de vida. Ella te proveerá el alimento que necesites.

La alimentación es algo que debes tener presente. Lo he dicho, tu soledad te proveerá lo necesario. Y nada de aquello debes despreciar. Todo has de masticarlo, y tragarlo, y digerirlo hasta el final. Ni una solo miga has de desperdiciar. Nada se puede caer. Lo necesitas y no puedes perderlo en la niebla.A veces será muy desagradable, tal vez te envenenes por un tiempo y pierdas la razón. O sientas que te ahogas con tus vómitos.
Te repito. No pierdas nada. Cada paso es necesario, y cada miga es un paso.
Piensa en lo que digo.